Un edificio en Estambul es tan antiguo que ha capturado a
todos los imperios que han dominado la ciudad. No es una simple
construcción, sino una auténtica cápsula del tiempo donde la historia se
ha ido acumulando a lo largo de los siglos.
De Roma en la actualidad, en una pared
En la base del edificio se pueden ver elementos típicos
del Imperio Romano: gruesos muros de piedra y enormes columnas, que
recuerdan la época en que la ciudad se llamaba Bizancio y formaba parte
del vasto imperio de Roma.
Marcas bizantinas sobre las ruinas romanas
Inmediatamente encima se alzan estructuras con elegantes
arcos y detalles característicos de la arquitectura bizantina. Estos
elementos se añadieron durante el período en que la ciudad se convirtió
en Constantinopla, capital del Imperio bizantino y uno de los centros
más importantes del mundo cristiano medieval.
Nueva forma durante el Imperio Otomano
En el siguiente nivel, la mampostería y el estilo se
vuelven más funcionales, reflejando el período otomano, cuando la ciudad
fue conquistada por los turcos en 1453 y transformada en Estambul. En
esta capa se percibe la adaptación a las nuevas exigencias de una
sociedad islámica y comercial.
la actualidad en ruinas antiguas
Sorprendentemente, el edificio no está abandonado. Por
encima de todas estas capas históricas, aún existen viviendas modernas
donde la gente vive hoy, sin percatarse, quizás, de que bajo sus pies se
esconden más de 2000 años de historia.
Una lección viva de civilización
Estambul es uno de los pocos lugares del mundo donde el
pasado no sólo se conserva en museos sino que está literalmente
arraigado en la vida cotidiana.
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